Saturday, December 13, 2014

Salir De Casa

Pedro se levantó sigilosamente sin que Ana notara su partida. Tomó un baño rápido, sacó un pantalón deportivo y se marchó; sin siquiera llevarse sus pertenencias de la mesita de luz.
Partió sin rumbo, a caminar por el parque que tanto le gustaba y en donde los àrboles fueron testigo de su falta de ganas de seguir en el mismo escenario aburrido en el que se encontraba.
El parque se convirtió en su cómplice en esta huída. Cada paso fue fríamente calculado bajo las sombras del ombú.
No sabía que sería de su vida a partir de este paso que estaba dando. Tenía claro que debía salir de allí, pero no sabía que le deparaba el destino a partir de su salida de casa. De aquella casa que vió crecer a sus hijos y también testigo de la indiferencia y permanente descalificación de su mujer.

En el parque se sentó bajo el álamo, pensando que si cambiaba de sombra tal vez podría tener alguna señal de cual debían ser sus próximos pasos.

La sensación de libertad que lo inundaba era algo con lo que siempre fantaseó en todo este último tiempo. Lo embargaba un sentimiento de alivio y paz que hace mucho no tenía.

Comenzó a llorar, no eran lágrimas de pena, todo lo contrario, eran de sosiego, de amor a sí mismo y de paz, si, de mucha paz. Dejó que le corrieran por la cara para lavar todo ese tiempo de apatía, dureza y angustia que lo acompañó por tantos años.
Sabía que el camino sería difícil, pero valía la pena probar ser libre y disfrutar de aquello.

A poco de estar ahí, comenzó a escuchar un pájaro cantar en lo alto de un árbol. Era una dulce melodía que lo transportó a su infancia en el campo. Aquella época en donde todo era fácil, simple y armónico. En donde los problemas cotidianos eran ganar en la partida de canicas.
Donde había quedado esa vida dulce? Cuándo dio vuelta la esquina de la vida en donde comenzó a vivir ese lado tortuoso y oscuro?

Se permitió gozar de la melodía sublime del ave y trajo a su memoria aquellos tiempos de infancia en donde veia a un Pedrito entusiasta, sonriente y optimista.  Un niño que lo había dejado guardado en el cajón del fondo del closet, sin tener siquiera recuerdos de él. Ahora lo ve con claridad, lo siente en su pecho, lo acaricia y le sonríe desde Pedro el adulto serio.

Allí se queda un buen rato gozando de este encuentro maravilloso con ese ser olvidado.....Un Pedrito amoroso, vivaz, energético, con una vitalidad que le brota del alma. Un niño sonriente, optimista y feliz que se lleva la vida por delante y que todo lo hace cantando.
Pedrito fue feliz, pensó. En realidad fui muy feliz, me sentía rodeado de amor, sentía que nada me podía pasar, que siempre todo estaba bien. Que la vida era linda.
Recordó que se levantaba siempre con ganas, con entusiasmo de enfrentar el nuevo día. Sabía que las aventuras por vivir, siempre serían sorprendentes. Y cantaba, siempre cantaba a voz en cuello, como si nadie lo escuchara.  Inventaba sus propias letras y todas hacían referencia a la felicidad permanente que brotaba de su alma. "soy feliz, soy feliz" esa era la consigna!!!!

Al rato siente otro ruido, un sonido feo, de alarma.......pone mayor atención.

Acaba de tocar su celular señalando que es hora de levantarse......es lunes y tiene que partir a su primera reunión de trabajo........Mira hacia el lado y ve a Ana durmiendo. Le parece mas dulce y serena. Se parece a la chica que vió por primera vez en la escuela en tercer año y que mas adelante se convirtió en su mujer.

Se levanta desde otro lugar, esboza una sonrisa y le dice a Pedrito que hoy puede ser un gran día, que tal vez hay que plantearlo así y probablemente así será.
Se va tarareando al baño; aquella canción que también estaba guardada en el placar junto a Pedrito y las canicas.




0 Comments:

Post a Comment

<< Home